Lejos queda ya el verano, época en la que, prácticamente todo está permitido. Incluso descuidar (un poco) nuestra dieta. Es el momento de retomar las rutinas, y volver a prestar especial atención a esos hábitos alimenticios que nos ayudan a sentirnos mejor. Te contamos algunos de ellos a continuación.
Bebe mucha agua
Uno de los principales hábitos alimenticios para mantenernos sanos es tan sencillo como beber suficiente cantidad de agua al día. Y aunque no podemos especificar exactamente qué cantidad de agua debes ingerir, ya que eso dependerá de la actividad de cada persona, así como de otros factores, como las condiciones climáticas, la complexión física o la edad, lo aconsejable es consumir, como mínimo, dos litros de agua al día.
Frutas y verduras: la base de tu dieta
No olvides incluir, al menos, 5 porciones de frutas y vegetales al día. Estos son ricos en vitaminas, antioxidantes y fibra, nutrientes esenciales para tu organismo.
¡No te olvides del pescado!
Podemos decir que la clave de una dieta sana está en la variedad. Pero muchos se olvidan de consumir suficiente cantidad de pescado. Recuerda que el pescado (y muy especialmente, el pescado azul) aporta nutrientes tan importantes como las proteínas, vitamina D, minerales y Omega-3. Por eso, lo recomendable es, al menos, consumir dos porciones de pescado por semana.
Distribuye bien las comidas
Tan importante es comer de forma sana y equilibrada, como dar a nuestro organismo la energía que necesita durante todo el día. Por eso es fundamental distribuir los alimentos que comemos haciendo cinco comidas al día.
Cuidado con las cantidades
Comer sano es muy importante, pero ingerir las proporciones adecuadas según nuestra edad, actividad diaria y complexión, es igual de importante o más. Y es que en esta cuestión no existe una norma. ¡Cada cuerpo es diferente!
Mastica bien los alimentos
Tómate tu tiempo a la hora de comer. Masticar bien los alimentos te asegurará una mejor digestión, pero, además, te ayudará a saciarte antes, ya que tu cerebro tendrá tiempo para asimilar lo que estás ingiriendo.
Di «no» a la comida basura
No, no y no. Evita la comida basura (alimentos procesados y ultraprocesados) a toda costa. Incrementan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes u obesidad, así que, cuanto más tajante seas en este tema, mucho mejor.
La importancia de la fibra
La fibra es fundamental para regular nuestro tránsito intestinal, así como para controlar el peso. Por eso, si padeces problemas de estreñimiento, deberás incrementar el consumo de cereales integrales (pastas, panes…) así como frutas y verduras. ¡No tardarás en notar los resultados!
Controla el consumo de fritos
Los alimentos fritos poseen grasas saturadas que pueden hacer que tus niveles de colesterol aumenten. Por eso es recomendable no abusar de este tipo de preparación, así como cambiar el aceite con el que freímos cada pocos usos.
No piques entre horas
Este hábito alimenticio es bueno para mantener tu peso, pero también para cuidar la salud de tu intestino ¡y hasta tu salud dental! Es necesario dejar reposar a tu organismo para evitar un sobretrabajo. Y si te pica el gusanillo y no lo puedes controlar, lo mejor será siempre optar por el consumo de frutas, como, por ejemplo, la manzana.
Practicar ejercicio, realizar actividades al aire libre, evitar pasar muchas horas frente a las pantallas… Son otros hábitos saludables que complementan todo lo comentado en los puntos anteriores. Porque nunca es tarde para comenzar a cuidarnos, ¿a qué esperas para incorporar en tu vida estos 10 hábitos alimenticios saludables?